La falange macedonia
La semana pasada detallábamos el estilo, la composición y el armamento de la caballería pesada de Alejandro Magno, los compañeros. Junto a este grupo selecto, el grueso de las tropas macedonias y el otro puntal sobre el que se sostuvo la conquista del Imperio Persa fue la infantería, “los compañeros de a pie”, entre los que destacó el nuevo modelo de falange.
El soldado de una falange tradicional debía cargar con una pica de unos 2 ó 3 metros y una espada corta de unos 60cm de longitud. Su defensa se componía de un casco de estilo corintio, una coraza de lino con placas metálicas y las grebas para las piernas, además, el gran hoplon (escudo), que tenía un diámetro de entre 80 y 100cm, le protegía del enemigo. En el avance, los escudos se unían por lo que los hombres tendían a avanzar con cierta cadencia hacia la derecha para protegerse mejor con el escudo de su compañero.
La falange utilizada por Alejandro es el fruto de los desarrollos técnicos del tebano Epaminondas y del padre del Magno, Filipo II. La tendencia ha girar a la derecha en batalla fue visto por Epaminondas como algo positivo, decidió atacar a sus enemigos de manera oblicua y con mayor profundidad en las filas para favorecerse de la presión ejercida de atrás hacia delante y obtener mayor fuerza y velocidad. De esta forma, el general tebano ganó a los espartanos en la Batalla de Leuctra en desventaja numérica.
Las tropas que componían la falange macedonia no tenían un armamento tan pesado como los antiguos hoplitas. Su escudo era bastante más pequeño y en forma de botón de unos 60 cm de diámetro denominado aspis, su coraza también era más fina y su casco era por lo general de estilo tracio. Las partes más retrasadas de la falange no llevaban apenas protección. Sera en el armamento ofensivo donde se produjo la mayor revolución: Filipo armó a sus falanges con la sarissa, una pica de unos 5 ó 6 metros de largo, blandida con ambas manos.
La sarissa era mucho más larga que las lanzas tradicionales, llevaba una punta de 50 cm de largo y un contrapeso romboidal que podía clavarse en el suelo. La longitud de la sarissa hacía que sus puntas sobresalieran por delante de la falange desde la quinta fila, el resto de los soldados apoyaban estas sobre sus compañeros para favorecer el avance y frenar las flechas enemigas. Los soldados llevaban también espadas y pequeños puñales.
Como hemos comentado,la gran novedad que introdujeron Filipo y Empaminondas en la falange fue la de darla mayar profundidad con 16 hombres por cada una de las 16 columnas, dicha formación se denominabasintagma. Seis sintagmas conformaban un regimiento o taxis.
Lo más importante para el buen funcionamiento de la falange era la unidad del grupo, mucho más al ser tropas con menor protección, si la falange se partía las sarissas eran inútiles y la defensa del sintagma algo casi imposible. El avance de la falange en el combate servía de sujeción para el enemigo mientras la caballería rodeaba los flancos (táctica del yunque y el martillo). Se decía que era algo aterrador ver acercarse a las falanges macedonias en formación cerrada pues parecían puercoespines metálicos y mucho más terrorífico era si mientras se escuchaba el grito macedonio, el “ALALALAI”. La infantería alejandrina se completaba con los hipaspistas, un cuerpo de elite dentro de la falange que cubría los flancos y la conectaba con la caballería; y con diferentes grupos de arqueros y honderos, que por lo general venían de Creta y Rodas.
Será interesante comentar en próximas semanas la importancia de la ingeniería militar en el ejercito de Alejandro Magno, un cuerpo del ejército que dejará para la Historia momentos como el Sitio de Tiro. Pero antes, la próxima semana, analizaremos la figura de Alejandro Magno en el campo de batalla y contemplaremos uno de los mayores ejemplos de liderazgo que han dado los tiempos.......