***Mi infancia debió ser bastante normal y alegre, pues no guardo ningún recuerdo negativo. No veo nada que me haya marcado. Hasta los diez años estuve en mi casa viviendo con mis padres, mi abuela paterna Amalia Vázquez, se pasaba la vida gimiendo y suspirando, porque había perdido a su esposo del alma.
Mis dos hermanos pequeños, Luís y María del Valle, eran estupendos y nos llevábamos muy bien.A mi abuelo paterno, FEDERICO DE TORRESANO Y CORA, no lo conocí, pues le dieron el paseo en 1936, los de la Memoria Histórica, por sus ideas católicas y carlistas.Mi abuela materna Ángela de Goñi, era una mujer estupenda que yo quería con todo mi amor.Mi abuelo, Vicente Mingo, era ganadero y por lo que me han contado, muy bruto, murió en 1942 de un soponcio, pues el ejército le confisco todo su ganado y quedo en la ruina.
Y mi abuela paterna se pasaba la vida gimiendo y
suspirando, porque había perdido a su esposo del alma.>>>>>>
Ell mismo año que cumplí los 10 años ingrese en el Colegio interno de los Padres Agustinos en El Escorial, dos años más tarde ingreso mi hermano Luís y de allí, mi mayor recuerdo aunque no sea precisamente el mejor, fue el FRIÓ, el frío terrible del Monasterio en invierno, de esos cuatro meses terribles, sin calefacción, solo frio en todas las partes del cuerpo y lleno de sabañones” en todos los dedos del cuerpo.
Aprendí todo lo que se hoy.
Aprendí siguiendo los pensamientos de Agustino.. “como las criaturas, son y no son” y que todas las cosas que son, y existen,son buenas. Y que para la existencia de la verdad, no es necesario, que todos la conozcan, porque existe por si misma. Y mi lucha permanente entre el cuerpo y el espíritu. Comprendí sobre todo “la templanza”
Y olvide para siempre el “rencor y el odio” Yo no odio nada ni a nadie, no hay nada que sea bueno o malo, todo depende de tu mente. -
Adquirí una seguridad completa en mi mismo. Para mi lo importante es lo que pienso de mi mismo Yo, y no lo que piensan los demás.
Por una de esos ventanucos que dan al Patio de los Reyes, veía todos los años las ceremonias del 20 N, en honor de José Antonio.
La voz de bronce de las campanas de San Lorenzo, el laurel de fama de la corona fúnebre, la piedra gris del Monasterio, los crespones de luto en todos los balcones del Escorial, los dos mil cirios ardiendo en el túmulo gigantesco coronado por el águila de Imperio que se eleva en la Basílica, lloran en esta mañana, con esa tremenda expresión que a veces tienen las cosas sin ánimo, la muerte del Capitán de España.
Hasta el sol y el paisaje han cubierto su inmutable
indiferencia con el velo gris de la lluvia y la niebla, y cae sobre la ciudad
-lacrima coeli - una llovizna fina y gris.
El instituto, el subconsciente, nos ha repetido sus
frases, sus profecías, sus oraciones; y no ha sido voz de ultratumba la suya;
ha sido voz palpitante de vida, de la vida y el afán de todos estos magníficos
camaradas de la Vieja Guardia, del Frente de Juventudes, de la Sección
Femenina... La doctrina del Fundador vive en ellos como en aquellos tiempos, y
si el cuerpo de José Antonio está muerto bajo la lápida, su espíritu tiene
calor de vida en la de todos los camaradas de la Falange.
Se nos murió un Capitán, pero el Dios Misericordioso nos dejó otro.
Y hoy, ante la tumba de José Antonio, hemos visto la figura egregia del Caudillo Franco. El mensaje recto de destino y enderezador de historia que José Antonio traía es fecundo y genial en el cerebro y en la mano del Generalísimo.
Y así, en este día de dolor -Dies Irae- a las once -once
campanadas densas de todos los relojes han sido heraldos de vuelo de su
presencia-, la
corona del laurel portada por manos heroicas de viejos
camaradas ha llegado a la Basílica, y, entre la doble fila de seminaristas
-cirios encendidos en sus manos- ha pasado al Patio de los Reyes y ha entrado
en el crucero. Ha sido depositada sobre la lápida de mármol donde grabado está
el nombre de José Antonio y la palma de honor y martirio. Había dolor en todos
los semblantes.
Mientras el coro entonaba el Christus Vinci y los
registros del órgano cantaban la elegía del héroe muerto, a nosotros nos
parecía oír la clara palabra de José Antonio elevarse de allí donde el mármol
vela su cuerpo.
Una alegría tenemos; la de ver que a José Antonio sucede un hombre tan firme y sereno como el que lleva a España por los senderos que él marcó.
César Vidal es autor de varios libros históricos o biográficos acerca de nuestra guerra civil. Son muy valiosos: investiga cuidadosamente, unas fichas se cruzan con otras, descubre, hace su exposición y no oculta sus opiniones personales acerca de situaciones y personajes.
En la biografía de Durruti (Temas de Hoy, 1996) repudia también a quienes puedan seguir hoy su metodología, "basada en la intransigencia y la violencia", a la que resulta "imperioso enfrentarse incluso en nuestro tiempo". Quizá equipare una violencia de la época de las grandes luchas sociales, en la que nadie se abstenía, con la que ahora está en tregua.
Ahora sale otro libro suyo que aún no he leído, sobre las brigadas internacionales: en sus declaraciones previas se anuncia como desmitificador, y parece que trata de quitar la aureola de romanticismo y de lucha por las libertades y de enfrentamiento antifascista a los voluntarios que vinieron a España. Una gran parte fueron italianos y alemanes exiliados de los fascismos. Hubo muchos americanos, muchos franceses del Frente Popular; creo que los ingleses, en gran parte intelectuales, fueron quienes mejor lo expresaron en cartas, libros y poemas. La desmitificación, ateniéndome a lo publicado, consiste en decir que eran comunistas. No lo eran todos; incluso los comunistas eran un minoría. Como ocurrió en el histórico congreso de escritores antifascistas, en Valencia y en Madrid durante la guerra. Algunos de los comunistas conversos lo denunciaron luego: incluso lo habían preparado ellos mismos. Sin embargo, los que acudieron a las Brigadas, y los que se reunieron en los Congresos, estaban convencidos de que actuaban por su idea frente a una agresión fascista que les atañía. Dice César Vidal que la idea de las brigadas partió de Stalin y dicen otros que las reuniones en el Madrid cercado también fueron cosa de él. Recuerdo lo que para los habitantes de la ciudad cercada en noviembre de 1936 supuso, primero, la llegada de Durruti que aportó a la defensa su "intransigencia y su violencia". Recuerdo, inmediatamente, el desfile de los brigadistas en el camino de la Casa de Campo y de la Ciudad Universitaria. Todos empezaron a morir ya: creían que esa muerte era la suya. Vi la solidaridad, de conciencia del mundo, de ayuda moral, la llegada de los intelectuales de todo el mundo: quedan las canciones de Paul Robeson,reeditadas ahora y grabadas en un concierto que dio en Moscú: gracias por todo, Stalin…….
ESTO QUE SIGUE LO DIGO YO:
.Los cortinones enormes negros con una palma de plata que adornaban el Patio de los Reyes del Monasterio, los cientos de hombres vestidos de negro con sus camisas azules, todo aquello me impacto profundamente para siempre. Ese día no teníamos clases y podíamos mirar, pero no salir del Colegio. Fue así, que yo me hice falangista de pensamiento a los 12 años más o menos. De lo que estoy seguro es que ese año en Semana Santa, fui a la calle Santa Cruz de Marcenado de Madrid y me afilié al Frente de Juventudes, aquello me pareció una machada grandiosa, pues mi padre era Carlista y antifalangista por completo y la tuve gorda desde el principio, en mi casa la camisa azul, estaba prohibida. Yo tenía que cambiarme en el descansillo, antes de entrar, siempre había alguien de casa, que me sacaba un Niké o algo para cambiarme. Mi madre me apoyaba y defendía. Mis hermanos pasaban y mis amigos pensaban que estaba mal del coco. Ninguno de mis mejores amigos, alumnos del Colegio estaba en el FF.JJ , sus padres habían hecho la Guerra con Franco, pero ellos pasaban de todo, ya en aquellos años.
Yo, solo puedo decir, que lo pase muy bien en el FF.JJ, en los Albergues Juveniles, en los Campamentos, en las Marchas por Etapas, en Vuelo sin Motor, en los Cursos de Mandos, en todo lugar y momento, En Riaño, en Covaleda, en Barcelona, en San Sebastián, en esa época, todos éramos ESPAÑOLES, con mayúsculas, sin problemas de lenguas o clases sociales, en el FF.JJ, todos éramos iguales. Era curioso ver como se creaba de la nada una Centuria en periodo de captación, en los colegios, en los barrios de tu Distrito, en tu edificio, en tu calle, en donde fuera, se conseguían jóvenes que venían voluntariamente por amistad o por amor a los campamentos o por lo que fuera, pero eso que cuentan ahora los cuentistas de la Memoria Histórica, de que era obligatorio, es mentira, pura falacia democrática. Que se pasaron al moro social comunista con ribetes separatistas y con un chaqueteó desaguisado de aúpa, como el difunto Jesús Polanco.....
La verdad también es que los “señoriítos” no solían
militar en nuestras filas. Yo me siento orgulloso de haber militado dentro del
FF.JJ y después en la Universidad dentro del SEU y más tarde en Europa dentro
de los Grupos Afines y de seguir militando en lo poco que queda, pero siempre
con Honor y Fidelidad a mis principios y a mi Nación.
Jamás tuve un cargo remunerado. Y jamás tuve un puesto
oficial dentro del Régimen.
Soy y seré siempre un hombre de filas.
Que va por libre
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Condiciones trascendentales: Kant distingue dos tipos de condiciones que se han de cumplir para que podamos experimentar un objeto: las condiciones empíricas y las condiciones a priori o trascendentales. Las condiciones empíricas dependen de la estructura empírica del sujeto –su circunstancia física y psicológica– y son particulares y contingentes. Por ejemplo, para ver las letras escritas en la pizarra algunas personas necesitan utilizar gafas, este requisito o condición es empírico pues no todo el mundo las precisa, y en el caso de las personas que las utilizan es perfectamente pensable una situación que les permita no necesitarlas –por ejemplo, una intervención médica que les ayude a corregir su dificultad visual–. Frente a estas condiciones Kant creyó que existen otras, a las que llamó trascendentales, y que no dependen de las circunstancias o peculiaridades empíricas del sujeto sino que descansan en la estructura misma de la mente. Estas condiciones son universales y necesarias y no pueden dejar de darse ni modificarse ni con el desarrollo de la técnica ni con el avance de la ciencia. Estas condiciones son las formas a priori de la Sensibilidad y las categorías del Entendimiento. - Conocimiento trascendental: nuestro conocimiento de las cosas puede ser empírico o a priori. Kant consideró oportuno averiguar como es posible este segundo tipo de conocimiento; llama conocimiento trascendental al conocimiento que nos permite comprender cómo es posible el conocimiento a priori. El conocimiento trascendental no nos da información acerca del mundo, es más bien –por utilizar nuestra forma de hablar– un metaconocimiento. O en palabras de Kant: es el conocimiento que versa no sobre objetos sino sobre nuestro modo de conocer a priori los objetos. Todas las investigaciones de la "Crítica de la Razón Pura" son conocimientos trascendentales en tanto que intentan comprender como podemos tener conocimiento sintético a priori en las ciencias, así la Estética Trascendental intenta mostrarnos cómo colabora la Sensibilidad en la posibilidad del conocimiento a priori, la Analítica Trascendental cómo lo hace el Entendimiento y la Dialéctica Trascendental el papel de la Razón.-
El 19 de marzo de 1954 moría mi madre en Madrid de un cáncer generalizado, la pobre había sufrido tanto, que lo mejor que podía ocurrirle era la muerte. En junio de ese año, me fui de vacaciones por Europa, a los llamados CAMPOS DE TRABAJO DEL SUT, en Alemania, estuve cerca de Hannover también en el Harz.
-El Harz se levanta a manera de una isla sobre la profunda llanura del norte de Alemania y une los estados federados Sajonia-Anhalt, Baja Sajonia y Turingia. No sólo es una muy antigua sierra sino que también es la montaña de media altura más alta al norte del Rio Meno allí en ese campo de Torfaus, conocí una muchacha alemana maravillosa que se llamaba Gisela y que después del Campo, me invito a ir a su casa en Dusseldorf.
Dusseldorf, es una ciudad moderna, en la cual sin embargo se conservan
tradiciones centenarias. Su tradición está estrechamente ligada a numerosas
fiestas. Los ciudadanos de Düsseldorf no serían verdaderos renanos si no
aprovecharan cualquier ocasión para celebrar una fiesta.
Sus padres vinieron a buscarla al finalizar el campo,
ella hablo con sus padres y estos me pidieron de venir a pasar unos dias a
Dusseldorf.
Yo hice todo el campo con mi camisa azul del SEU y cual
fue mi sorpresa cuando el padre en su coche me dijo, que el había conocido
personalmente a Muñoz Grandes y a otros mandos de la 250 División, pues durante
la guerra fue enlace del Ministerio de Asuntos Exteriores con los voluntarios
extranjeros, toda una historia para escribir otro libro. Hans von Berembrock,
me enseño centenares de fotos de la época, tenía cajas enteras en el sotano de
su Villa y hablamos sobre el tema muchas horas.
Hoy, ahora, pienso que si yo no hubiese conocido a
Gisela, posiblemente no me habría ido nunca a vivir a Alemania.
Volví a Madrid en octubre, continué mis actividades
Universitaria en la vieja Facultad de Letras del Paraninfo y mi militancia
dentro del SEU y en mi Centuria la XX Universitaria .Fundada por mi viejo
camarada y amigo Augusto Aldirt y mandada en aquellos años por mi otro viejo
camarada Manolo Puente.
Gisela y yo nos carteamos sin cesar, prácticamente 5 veces por semana, ella estaba en un Internado Católico en Bad Godesberg, tenia 16 años guapísimos y yo en Madrid estaba súper liado con todo, (yo nunca he tenido tiempo para aburrirme) mi padre me comunico que quería casarse de nuevo, pues un hogar sin mujer, era una anarquía sin orden. Yo dije, que no quería una madrastra y que si se casaba me iba de casa. El insistió en que se casaría y yo antes de que se casase, cuando finalizo el Curso Académico me fui de casa para siempre. Hice un Curso acelerado de Alemán el los Cursos de Verano de Heidelberg, tres horas diarias de 9 a 12 de la mañana, durante los tres meses de verano, con el Profesor de alemán Herrn Müller. Los fines de semana me iba a Dusseldorf a visitar a mi bella Gisela, o a Bad Godesberg , donde en uno de mis muchos viajes conocí a José Luís Balbín y a su hermana Crhistina. Gisela venía a Heidelberg, con la complicidad de su madre, sin que lo supiera su padre. Eso duro, tres años. Pero la distancia y las circunstancias cotidianas nos vencieron a los dos y finalmente, todo se quedó en una bella historia de amor adolescente. En esos años conocí un grupo de jóvenes franceses, que estudiaban alemán en Heidelberg, para no tener que ir a la Mili y evitar la Guerra de Argelia, nos hicimos muy amigos, prácticamente estábamos siempre juntos.
Formamos un grupo de Jazz y lo teníamos muy difícil para
ensayar, por razones del ruido, al final encontramos una cueva, que después se
convirtió en un Club de Jazz, donde pasábamos unas noches divinas, solo para
estudiantes (falta mucha historia)
…..Aquel verano lo pasamos ensayando en una Isla en el noroeste de Alemania en la región de Frisland en Nordeney, una Isla que en aquella época estaba desierta, había un barquito que traía provisiones una vez por semana desde Norden, pueblo situado en la costa del atlántico norte, allí podíamos tocar día y noche y hacer el ruido que quisiéramos, pues solo había campistas desperdigados entre las dunas. De allí salio un quinteto formado por cuatro franceses y un español, que era yo. Tuvimos un éxito total entre los Estudiantes de Heidelberg.-
En 1957 regrese a España para terminar las Milicias
Universitarias ya que terminaba mi prologa y me fui directamente a Alcantarilla
para hacer las prácticas en el 1º Escuadrón de Paracaidistas del Aire y de
nuevo las circunstancias me llevaron a la guerra.
En la mañana del 6 de diciembre de 1957, se recibe en la Plana Mayor de Mando del 1er Escuadrón, la orden de disponer a la Unidad para su incorporación a SIDI-IFNI donde participará (hasta 1958) en la Campaña de Pacificación de esta zona, al llegar,el Escuadrón queda a las órdenes del Excmo. Sr. General Gobernador del África Occidental Española. Al día siguiente se ordenaría que una Escuadrilla del Escuadrón relevara a otra Compañía de Paracaidistas del Ejército de Tierra que se encontraba establecida en Bugasdir, localidad situada en los alrededores de Ifni, recibiendo el día 08 de diciembre su BAUTISMO DE FUEGO en un enfrentamiento con los rebeldes del Ejercito de Liberación de Marruecos durante la defensa de su posición.
Posteriormente, tras la coordinación previa con las tropas Francesas en la zona, el día 10 de febrero de 1958, la 2ª Escuadrilla del Escuadrón, realizaría un lanzamiento paracaidista de combate desde aviones franceses North – Atlas, a 200 de altura sobre las posiciones rebeldes situadas en SMARA, junto con tropas francesas. Finalmente el Escuadrón ocuparía el fuerte de Smara, izando la Bandera de España y recibiendo la orden de establecer su defensa, durante el tiempo que permanecieron en esta posición tuvieron que sostener el ataque de más de trescientos rebeldes con el apoyo de las tropas francesas.
ALBERTO TORRESANO.-