viernes, 5 de junio de 2020

MIS VIVENCIAS EN HEIDELBERG 1956


MI PRIMER AMOR ALEMAN; GISELA VON BEREMBROCK VON DUSSELDORF.-

Gisela y yo  nos carteamos sin cesar, prácticamente 5 veces por semana, ella estaba en un Internado Católico en Bad Godesberg, tenía 16 años guapísimos y yo en Madrid estaba súper liado con todo, (yo nunca he tenido tiempo para aburrirme)  mi padre me comunico que quería casarse de nuevo, pues un hogar sin mujer, era una anarquía sin orden. Yo dije, que no quería una madrastra y que si se casaba me iba de casa. El insistió en que se casaría y yo antes de que se casase, cuando finalizo el Curso Académico me fui de casa para siempre.
 Hice un Curso acelerado de alemán en los Cursos de Verano de Heidelberg, tres horas diarias de 9 a 12 de la mañana, durante los tres meses de verano, con el Profesor de alemán Herrn Müller. 
Los fines de semana me iba a Dusseldorf a visitar a mi bella Gisela, o a Bad Godesberg , donde en uno de mis muchos viajes conocí a José Luís Balbín y a su hermana Crhistina.
 Gisela venia a Heidelberg, con la complicidad de su madre, sin que lo supiera su padre. Eso duro, tres años. Pero la distancia y las circunstancias cotidianas nos vencieron a los dos y finalmente, todo se quedo en una bella historia de amor adolescente.
 En esos años conocí un grupo de jóvenes franceses, que estudiaban alemán en Heidelberg, para no tener que ir a la Mili y evitar la Guerra de Argelia, nos hicimos muy amigos, prácticamente estábamos siempre juntos.
Formamos un grupo de Jazz y lo teníamos muy difícil para ensayar, por razones del ruido, al final encontramos una cueva, que después se convirtió en un Club de Jazz, donde pasábamos unas noches divinas, solo para estudiantes (falta mucha historia)…..Aquel verano lo pasamos ensayando en una Isla en el noroeste de Alemania en la región de Frisland en Nordeney, una Isla que en aquella época estaba desierta, había un barquito que traía provisiones una vez por semana desde Norden, pueblo situado en la costa del atlántico norte, allí podíamos tocar día y noche y hacer el ruido que quisiéramos, pues solo había campistas desperdigados entre las dunas.
 De allí salió un quinteto formado por cuatro franceses y un español, que era yo.
 Tuvimos un éxito total entre los estudiantes de Heidelberg.


AL OTRO LADO DEL NEKER MI RESIDENCIA DE ESTUDIANTES


ESTUDIANTE EN HEIDELBERG 1956


MI HABITACIÓN EN LA RESIDENCIA DE HEIDELBERG-.